Capitulo 2º- La resaca de Victor
Aterrorizado, Víctor José no sabía por dónde empezar. ¿Qué cojones había hecho esa noche? ¿Con quién salí? ¿Por qué coño me han puesto el nombre de Victor José, nombre hortera donde los halla?
De pronto, se le ocurrió una idea. El desdentado Víctor José se dirigió al "hall" en busca de su gabardina. La prenda estaba casi en peor estado que su persona; que ya es decir. Introdujo el muñón que tenía como mano en uno de los bolsillos y sacó el teléfono móvil.
Este objeto sería indispensable para atar cabos sueltos. Encendió el celular y vio cómo tenía varias llamadas perdidas de números que no tenía almacenados en su tarjeta SIM. Mosqueado, Vicente José llamó a uno de ellos.
-Afrodita , dígame?- respondió una sensual voz.
-Hola, soy Vicente José Morales, y me he despertado esta mañana y tenía una llamada sin contestar de este número- espeté.
-Ahh!, ya me acuerdo- respondió aquella voz-. Sí, le hemos llamado para avisarle que anoche usted se dejó el coche aparcado en el parking de nuestro establecimiento.
-No jodas¡¡¡- exclamé-. ¿Podría facilitarme la dirección de su local? Es que no me acuerdo exactamente de la calle.
A la mujer se le saltó por un instante la risa.
Con la dirección en la mano, acudí al local Afrodita, que se encontraba en la calle Primo de Rivera. Aquel nombre me había hecho suponer que se trataba de una floristería, pero mis especulaciones se vinieron abajo nada más avistar el dichoso local. (Continuará...)
De pronto, se le ocurrió una idea. El desdentado Víctor José se dirigió al "hall" en busca de su gabardina. La prenda estaba casi en peor estado que su persona; que ya es decir. Introdujo el muñón que tenía como mano en uno de los bolsillos y sacó el teléfono móvil.
Este objeto sería indispensable para atar cabos sueltos. Encendió el celular y vio cómo tenía varias llamadas perdidas de números que no tenía almacenados en su tarjeta SIM. Mosqueado, Vicente José llamó a uno de ellos.
-Afrodita , dígame?- respondió una sensual voz.
-Hola, soy Vicente José Morales, y me he despertado esta mañana y tenía una llamada sin contestar de este número- espeté.
-Ahh!, ya me acuerdo- respondió aquella voz-. Sí, le hemos llamado para avisarle que anoche usted se dejó el coche aparcado en el parking de nuestro establecimiento.
-No jodas¡¡¡- exclamé-. ¿Podría facilitarme la dirección de su local? Es que no me acuerdo exactamente de la calle.
A la mujer se le saltó por un instante la risa.
Con la dirección en la mano, acudí al local Afrodita, que se encontraba en la calle Primo de Rivera. Aquel nombre me había hecho suponer que se trataba de una floristería, pero mis especulaciones se vinieron abajo nada más avistar el dichoso local. (Continuará...)
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jlori -